¿Cómo detectar que una persona está pasando un duelo complicado?
El duelo es un proceso natural de respuesta que los seres humanos experimentamos ante una pérdida importante y trascendental de nuestros seres queridos.
De la misma manera que cada uno de nosotros somos diferentes y únicos, también lo es el desarrollo de nuestros procesos de duelo. Aunque existen algunos elementos en común, el duelo de cada persona es diferente, porque el doliente irá dándole forma a su pérdida de una forma única e irrepetible, de forma dinámica, cambiante con el tiempo y dependiendo en todo momento de las circunstancias individuales, familiares, sociales, etc.
A veces, este duelo puede complicarse debido a múltiples factores personales, sociales o intrapersonales, que hacen que esta fase natural de transición se complique en una persona.
Por ello, es posible considerar algunas manifestaciones que nos indican que el duelo se está complicando o puede que probablemente se vaya a complicar en un futuro en una persona determinada. Por ello, a continuación las principales manifestaciones que hacen sospechar de que una persona está pasando por un duelo complicado:
- Falta de respuesta en los primeros días o respuesta débil o nula pasadas dos semanas tras la pérdida.
- Falsa euforia tras la muerte.
- Cambio radical de vida, personalidad o conducta tras el fallecimiento.
- Pesadillas reiteradas relacionadas con la muerte o con la forma de producirse.
- Persistencia de cólera y resentimiento y/o tristeza y culpa muy intensas pasados unos meses. Más que el tiempo, en este caso habría que contextualizar, teniendo en cuenta que estas manifestaciones le impidan el desarrollo normal en su vida, y que le causen conflictos con su entorno, aislamiento…
- El doliente no está dispuesto a deshacerse de las pertenencias del fallecido o por el contrario, se deshace precipitadamente y sin selección alguna de todos sus objetos. En este caso, para considerar duelo complicado también habría que contextualizar y tener en cuenta el tiempo, ya que no es lo mismo que la persona deje intacta la habitación de la persona fallecida en el primer año que durante 10 años.
- Actitud de escape a otro lugar (lo que se denomina cura geográfica), irse a otra ciudad a vivir por ejemplo.
- El doliente no hace la menor referencia a la pérdida, evitando cualquier circunstancia que pudiera recordarla y ni siquiera permite que otras personas se lo recuerden.
- El doliente presenta síntomas similares a los del fallecido o le imita en gestos, conducta, etc.
- Idealización excesiva e irreal del fallecido.
- Frecuentes discusiones con su entorno (familia, amigos, compañeros de trabajo).
- Creencia de que las personas cercanas le son inútiles o perjudiciales.
En estos casos a pesar del tiempo y la ayuda del entorno no pueden sobrellevar la intensidad de su dolor y esto acaba provocándoles problemas de salud (cansancio extremo, dolores generalizados, hipertensión, infecciones, problemas cardiovasculares…) y psicológicos (depresión, ansiedad…) que les impiden seguir adelante con su vida y es necesaria la ayuda profesional especializada.
Por ello, en SanaMente Psicología ponemos nuestros servicios de acompañamiento en duelo. Si conocéis a algún familiar o conocido que creeis que está pasando un duelo complicado, nuestros psicólogos en Majadahonda y Las Rozas le ayudaremos. Solicita información sin compromiso.