¿Cómo guiar a los niños en los procesos de duelo familiares?

29.08.2016 09:37

Afrontar el fallecimiento de un ser querido es una de las cosas más dolorosas a las que nos podemos enfrentar en la vida. Cuando esto ocurre dentro de una familia donde tenemos niños, aparte de ocuparnos de nuestro propio dolor, vamos a querer aliviar el dolor del niño. Pues bien, uno de los primeros consejos a tener en cuenta es permitirnos delegar o aceptar ayuda de otros adultos. En estos casos, es muy importante no olvidarnos de ocuparnos de uno mismo para poder ocuparnos de los demás. Sin duda, estamos ante un tema delicado y uno de los momentos más difíciles que puede vivir una familia.

La sociedad actual muestra una actitud ambivalente hacia la muerte: por un lado, no se habla abiertamente de ella y se considera tabú. Pero al mismo tiempo podemos constatar su extrema ubicuidad, dado que la muerte está muy presente en nuestro entorno: en las noticias, en las películas, en el lenguaje corriente e incluso en los dibujos animados.

La muerte forma parte de la vida, por eso es esencial permitirnos atravesar cada vivencia del duelo, ya signifique esto conectar con el dolor de la experiencia, o buscar distracción sea en el formato que sea.

“Conocer los procesos y vivencias que cabe esperar ante una circunstancia como la muerte de un ser querido, nos ayudará a elaborar el duelo, ya seamos adultos o niños.”

Poder llorar la muerte de un ser querido y afrontarla antes de que se produzca, en el momento en que ocurre, y sobre todo después, hace que el niño crezca sin sentirse culpable, deprimido, enojado o asustado. Hablar sobre la muerte y el dolor inherente a ella es un paso esencial para convertirse en un ser humano emocionalmente sano.

Sin embargo, resulta muy habitual pensar que los niños pequeños no deben enterarse de las muertes (no están preparados, les va a afectar muy negativamente o, sencillamente, no van a comprender lo que ocurre). Muchos padres piensan que deben proteger a sus hijos evitando que conozcan la existencia de la muerte, pese a que se hallan diariamente expuestos a ella. No es malo que nos niños tengan la oportunidad de aprender sobre la muerte en su vida cotidiana, por ejemplo, si mi hijo se encuentra un pajarito muerto en la calle, podría aprovechar la oportunidad para enseñarle los conceptos básicos de la muerte y el dolor que causa. Cuando los niños aprenden sobre ella de una manera sensible y natural están desarrollando su capacidad para afrontar futuros golpes.

El exceso de protección podría jugar en nuestra contra ya que en muchos casos ellos se dan cuenta de lo que les rodea, y si perciben algo raro y nadie les informa de lo que sucede, pueden recurrir a su propia especulación y fantasía, y aumentar con ello su miedo, angustia y confusión.

Cuando nos encontramos ante la muerte de un familiar, una enfermedad incurable, o incluso una separación, es bueno explicarlselo a los niños y adolescentes de una manera sencilla, natural, en un lenguaje adaptado a su edad; y con mucho cariño, haciéndoles saber que cuentan con nuestro amor y apoyo, que estamos a su lado y compartimos su dolor.

“No es necesario ocultar la propia tristeza en el momento de hablar sobre este hecho, siempre y cuando la hayamos regulado previamente. El que nuestros hijos vean la tristeza como una respuesta emocional esperable y manejable es una forma de que aprendan qué hacer con su propia tristeza: si expresarla o no, con quién, bajo qué circunstancias y cómo gestionarla. Nosotros seremos modelos para nuestros hijos.”

Es bueno permitirles expresar el dolor en ocasiones, y ayudarles a hacerlo, pero ¿cómo? El dibujo es una excelente herramienta para hacerlo. Y la escritura de cartas o poemas si son más mayores, son algunas ideas.

Por otro lado no está tan claro que debamos apartar al niño si se produce una muerte (enviarlo con familiares o amigos). En muchos casos en los que el niño va siendo más mayor puede ser necesario para él permanecer cerca de la familia en los momentos difíciles. De lo contrario podrían sentirse engañados, desplazados y excluidos. En todo caso la recomendación es conectar con las necesidades de cada niño en concreto.

No existe una fórmula mágica para guiar a los niños a través del proceso de duelo, así como tampoco existe una fórmula para que sigamos nosotros mismos, puesto que cada uno de nosotros somos un individuo único. La situación dependerá, además, de muy diversos factores como el vínculo del niño con la persona enferma o fallecida, el rol que este desempeñaba en el seno familiar, las circunstancias del deceso, la edad del niño y su grado de desarrollo cognitivo y madurativo…

El conocimiento de la muerte se va construyendo con la edad: comienza bajo la forma de pensamientos mágicos (no se comprende su realidad), por lo que hasta los 6 ó 7 años los niños pueden creer que la persona fallecida va a volver, se va a curar, que va a despertar de repente, o que puede oírles y verles. Por lo que siempre transmitiremos y dejaremos claros tres componentes de la muerte:

 

es irreversible, concluyente y permanente.

 

se identifica por la desaparición de las funciones vitales.

 

es universal; todos vamos a morir.

 

Poco a poco, los niños entre 7 y 10 años van entendiendo que si una persona ha muerto, cualquiera puede morir, incluidos sus padres y ellos mismos. Durante la adolescencia se llega a comprender plenamente el concepto de la muerte. Consejos generales para ayudar a un niño a superar el dolor, sea cual sea su edad:

 

dedíca un tiempo a observar sus necesidades emocionales, sociales y personales.

 

permanece a su lado. Tan sólo nuestra compañía física sin mediar palabra puede ser reconfortante.

 

deja que los demás te ayuden.

 

abandona ideas preconcebidas.

 

dale la oportunidad de expresarse.

 

anímale a hacer actividades físicas.

 

si es necesario, busca apoyo profesional.

 

El duelo es un camino muy personal, muy variopinto, largo y sinuoso. Su meta no es el olvido, sino aprender a vivir con la pérdida. La capacidad de conectar con el dolor e integrar esa experiencia en nuestra vida es la esencia de un duelo sano.

En SanaMente Psicología somos especialistas en Duelo, acude a nuestra consulta en Las Rozas y os ayudaremos.